¿Por qué la adrenalina y las emociones pueden salvarte la vida? 3 aprendizajes personales.

La historia de hoy tiene poco de divertido, aunque sí una explicación que seguro que os parece muy interesante y que puede que dé respuesta a alguno de vuestros recuerdos.

Cuando era pequeño solía salir a jugar después de comer con varios amigos del vecindario. Solíamos frecuentar dos sitios: o la pista, o las callejuelas que había entre las casas. En esta historia tendría 8 o 9 años, no recuerdo exactamente.

Era habitual ver a gente pidiendo por el pueblo. Incluso muchas veces eran los mismos que repetían cada cierto tiempo. En general a algunos los teníamos calados y sabíamos que colocaban pegatinas en las casas que daban algo.

Solíamos pasar de ellos y ellos de nosotros. Cada uno iba a lo suyo y no nos molestábamos, pero hay uno en particular al que recuerdo perfectamente.

Tendría algo menos de 50 años, bajito y con cara de pocos amigos. Vamos, no creo que tuviese mucho éxito pidiendo por las casas. Solía llevar una cazadora vaquera y siempre llevaba una gorra roja.

Una tarde le vimos pedir por el vecindario y, como niños que éramos, nos dio por empezar a seguirlo de lejos y a escondernos para que no nos viera. Lógicamente, no fuimos capaces a pasar todo lo desapercibidos que queríamos, así que  nos vio, pero su reacción no fue todo lo gustosa que hubiésemos querido. ¡Nos sacó una navaja y amagó con correr detrás de nosotros! En este momento nuestro cerebro recibió un chute de adrenalina que nos hizo correr y nos metimos en la primera casa abierta de una vecina que vimos.  ¡¿Qué quieres que hiciésemos?! Éramos niños y un señor extraño y con una navaja en la mano amenazó con perseguirnos.

Desde aquel día, cada vez que veíamos venir al señor de la gorra, nos metíamos en alguna casa hasta que se fuese de la zona.

¿Qué aprendí con esto?

  1. No todas las personas están dispuestas a reírles las gracias a unos niños, así que mejor filtrar un poco cuando te acerques a alguien.
  2. No te fíes de toda la gente que intenta dar pena para solucionar su vida.
  3. Años más tarde, estudiando psicología, entendí porqué las vivencias que están ligadas a emociones intensas son más probables que las recuerdes toda la vida. En este caso claramente fue el miedo. Algún día detallaré esto con más detenimiento. Te aseguro que merece la pena saberlo y te puede cambiar la vida.

Después de leer esta historia y de entender porqué la recuerdo con tanta claridad puede que te hayas dando cuenta porqué la gran mayoría de la gente recuerda qué estaba haciendo el 11-S, el día de su boda, algún cumpleaños o algún momento relevante de su vida.

Los recuerdos ligados a emociones intensas perduran por más tiempo y con mayor claridad en nuestra memoria, aunque… también tengo que decirte que tu cerebro te miente. No todo lo que recuerdas es exactamente como te crees. Esto lo dejo para otra historia, pues me parece algo muy muy interesante.

Pd: Si te ha gustado esta historia, no te pierdas esta otra sobre la felicidad.

Pd 2: No te pierdas esta historia de mierda si te gustan más las historias sobre el asco.

Pd 3: Si te gustan las gorras y eres fan de la moda, no pierdas la que quizás sea la mejor marca de gorras.

2 comentarios en “¿Por qué la adrenalina y las emociones pueden salvarte la vida? 3 aprendizajes personales.”

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