Os voy a contar la historia de una mujer que conozco cuya percepción de la realidad está distorsionada, al menos parcialmente. Se podría decir que todos tenemos una percepción de la realidad distorsionada, pues no todos la percibimos de igual manera, pero esto va un paso más allá. Es posible que por desgracia, alguno de vosotros conozca algún caso parecido. El caso concreto de esta persona es que cuando se ve al espejo se ve mucho más delgada de lo que realmente está.
Es una mujer que conozco muy bien y con la que, por suerte, tengo una gran amistad y mucha confianza. Es algo mayor que yo, pero tampoco mucho, algo que hace que me preocupe más por ella.
Esta mujer está gorda. Sin embargo, la percepción que tiene sobre su cuerpo es totalmente contraria. Si solo nos quedamos aquí, podría parecer un trastorno sin apenas importancia, pero todos conocemos los problemas de salud derivados de la obesidad que esto puedo acarrear.
No suele privarse a la hora de comer, pues como ella dice –“Estoy mejor que nunca”-
Por supuesto, los postres le apasionan, así que los pasteles suelen ser algo habitual. Por mucho que le insistas en que quizás no debería excederse de esa manera, ella no hace caso. Es más, suele sentirse ofendida cuando se lo dices. En esos momentos tiende a compararse con gente que está mucho más delgada que ella.
Creo que os hacéis una idea de cómo es, así que paso ahora a describir un poco de que se trata.
El nombre que técnico es “fatorexia” y es un trastorno alimenticio. Quizá no sea el trastorno alimenticio más conocido, pues todos hemos oído hablar de la bulimia o la anorexia, pero este también está dentro de ellos.
En la fatorexia se da una percepción distorsionada del propio cuerpo, en la que se tiende a ver mucho más delgado de lo que en realidad está. Como decía anteriormente, esto puede acarrear serios problemas de salud, pues la obesidad puede derivar en problemas como hipertensión, diabetes, enfermedades coronarias, derrames cerebrales… entre otros muchos.
Algunos de los síntomas que puede mostrar una persona con este tipo de trastorno pueden ser:
- Negar su sobrepeso.
- Confundir el exceso de peso con musculatura.
- Usar prendas amplias que escondan las curvas.
- No conocer su peso real.
- Evitar espejos, básculas y demás objetos que le puedan dar una imagen clara.
- No siguen una dieta equilibrada.
Al igual que pasa con otros trastornos alimenticios como los nombrados anteriormente, la fatorexia tiene un tratamiento, que combina la terapia psicológica con una dieta equilibrada que permita y perdiendo peso de forma gradual para evitar los riesgos relacionados con la obesidad.
Este tipo de trastornos alimenticios están muy presentes en el día a día. Quizás la fatorexia sea el menos conocido, pero la bulimia o la anorexia son muy peligrosos por el aumento de casos que hay, especialmente entre la gente joven.
Es importante hacer un buen trabajo de prevención que evite que las consecuencias sean mucho más graves.
Al igual que os insisto en todos los post, cuidar la mente es tan importante como cuidar el cuerpo. El uno sin el otro no tienen sentido.
Si este post te ha gusto, te recomiendo que sigas con “Cuando tuve la oportunidad de conocer a los 3 Chigrinskys en un bar”, en el que también hablo de otro trastorno psicológico muy interesante y del que es probable que hayas oído hablar poco.
Para los que estáis llegando ahora al blog, os invito a que os paséis por «algo sobre mí y esas cosas» para conocerme un poco más.
No dudes en dejarme que te ha parecido la historia o alguna sugerencia para futuros post en comentarios o en el instagram del blog.