Dicen que, si durante los 3 primeros segundos no has captado la atención de la gente, date por perdido, van a dejar de leerte o de escucharte. Nos pasa a todos y, cuanto más joven, es probable que te pase mucho más. Os podría contar cualquier día de mi vida diaria y os aseguro que son múltiples las veces en las que he perdido la concentración. Mientras estoy escribiendo este post, ya he mirado el periódico deportivo para ver cómo le estaba yendo a Alonso en los entrenamientos libres y he cogido el móvil para ver los resultados de los partidos de fútbol que, realmente, en este caso no me interesan. Simplemente tengo al alcance de mis manos demasiados estímulos y una capacidad de concentración cada vez peor.
Hay momentos o actividades diarias en las que, si pierdes la concentración no pasa nada, si estás viendo la televisión, por ejemplo. Pero en otros momentos sería muy interesante tener la facilidad de poder prestar toda la atención a la actividad que estés realizando, sin que nada ni nadie pudiese distraerte.
La televisión, el marketing, Netflix, Amazon Prime… están pensadas para generarnos dependencia y rapidez en el consumo de contenido. ¡Para qué vamos a hablar de las RRSS! Que con un simple gesto de un dedo cambias de contenido en tan solo un segundo… Se aprovechan de la tendencia natural del cerebro para buscar novedades.
Todo esto genera en nuestro cerebro pequeñas descargas de dopamina que nos producen una sensación de felicidad, corta, pero felicidad, al fin y al cabo. ¿Cuál es el problema? Pues como nuestro cerebro ha disparado una pequeña dosis de dopamina al recibir un like, ver algo que nos gusta o recibir una notificación, eso genera que queramos volver a utilizarlo, creando así un vínculo vicioso constante, es decir, dependencia de este tipo de contenido.
Esta dependencia a las redes genera múltiples problemas, pero hoy me quiero centrar en la pérdida de capacidad de atención.

¿Por qué pasa esto?
Estamos atiborrando a nuestro cerebro a una cantidad de información que no es capaz de procesar. Nos guste o no, nuestro cerebro está diseñado para realizar una tarea (más o menos), así que si estamos centrados en una tarea y queremos ponernos al mismo momento a realizar otra cosa que consideramos compatible… STOP, lo que va a hacer el cerebro es interrumpir la tarea que estaba haciendo para poner la atención en la nueva tarea.
Además, si acostumbramos a nuestro cerebro a consumir información rápida y a cambiar de estímulos de forma constante, cuando nos ponemos a realizar una tarea que requiere más tiempo y esfuerzo, se va a quejar. Todos nos acomodamos a lo fácil, así que nuestro cerebro no va a ser menos.
¿Qué podemos hacer? Esto tiene solución.
Son varias las cosas que podemos hacer para intentar paliar este problema. Algunas son cosas sencillas y rápidas. Otras, en cambio, requieren de mucha práctica y tiempo para que tengan una gran mejoría. Enumero a continuación algunas de ellas:
- Aleja el móvil. Hay estudios que demuestran que cada pocos minutos cogemos el móvil para mirar algo aunque no tengamos nada. Esto interrumpe nuestra concentración y se tarda un tiempo en volver a conseguirla. Deja el móvil lejos de ti mientras vayas a hacer una tarea importante que requiera concentración.
- Técnicas de concentración. Utilizar técnicas como la pomodoro, que consiste en dividir el tiempo en intervalos, concretamente un pomodoro son 25’ de trabajo y 5’ de descanso. Desconecta totalmente el móvil durante esos 25’ sabiendo que en poco tiempo tendrás un ratito para ver lo que te apetezca.
- Trabaja la memoria. Realizar juegos mentales como los sudokus o los crucigramas ayudan a recuperar la concentración y la memoria.
- Meditación. Quizás sea la mejor forma de recuperar la concentración, mejorar la memoria, creatividad… saber estar aquí y ahora de manera consciente y plena. ¿Cuál es el problema? Requiere constancia y práctica diaria. Comenzar con tan solo 5’ minutos diarios puede tener pequeños efectos en tan solo un mes. Si poco a poco se va incrementando el tiempo de meditación y se realiza de forma diaria, en 3 meses ya se pueden ver transformaciones a nivel cerebral en una resonancia.
La meditación nos daría para hacer varios post, así que, si es algo que os interesa, más adelante os escribo con más detalle sobre ella. Os invito a que comencéis a practicarla y ver los beneficios que realmente tiene, tanto para la atención y concentración como para más aspectos de la vida diaria.
Y por favor, si eres padre, madre o tienes cerca un niño pequeño, no caigas en la tentación fácil de entretenerlo con una tablet o un móvil cuando empiece a molestarte, los problemas que le vas a generar son todavía mucho peores que una “simple” pérdida de concentración.
P.d. Si te ha gustado este post, no puedes perderte este sobre encontrar las soluciones dentro de tí.